“Los urbanistas nos interesamos por todos los habitantes de la ciudad y la infancia es uno de los grupos. Yo trabajaba en Barcelona, en una empresa municipal y ellos hacían jardines públicos en los interiores de manzana y eso estaba vinculado con la infancia porque es un espacio de juego. Ese fue mi primer contacto” empezó contando Irene. “Pero donde realmente me interesé es cuando tuve hijos, cuando llegué a Brasil tenía un hijo de casi un año de edad y a partir de mi vivencia como mamá en Sao Paulo, me empezó a interesar” continuó relatando su interés a partir de la vivencia personal de ser madre en una ciudad como Sao Paulo.
Luego Irene comenzó a trabajar en la Secretaría de Vivienda de Sao Paulo, en el programa de urbanización de favelas que ya no está funcionando “yo trabajaba dentro de la favela, era arquitecta urbanista del equipo de ayuntamiento que estaba allí. Yo sugerí si podíamos hacer un camino escolar en la favela”, compartió. Allí se abrieron múltiples aristas de lo que implicaba trabajar en las grandes ciudades latinoamericanas, atravesadas por la desigualdad estructural.
Irene realizó una línea de tiempo de cómo fue el inicio de los cuestionamientos al modelo de ciudad hegemónico de la segunda mitad del siglo XX que inicia en Amsterdam: “en el año 1971, en Amsterdam, hubo muchas muertes de niños/as en accidentes de tránsito. Las familias se organizaron para cerrar las calles y que fueran espacios de juego. En otros lugares del mundo se empezó a cuestionar la ciudad, el modelo urbano, porque faltaban espacios de juego y porque la relación infancia ciudad era muy tóxica”.
En los años 90 empiezan los caminos escolares, es decir, aquellas rutas desde la casa a la escuela. Esto se llevó a cabo tomando la experiencia de grupos de niños acompañados por adultos, en Europa, Nueva Zelanda y EE.UU.
Irene reflexionó que necesitamos 20 años, del 70 al 90 – con la “La Ciudad de los Niños” (Roma – 1991) de Francesco Tonucci – para viabilizar propuestas que abrieran el espacio para la infancia. La entrevistada comentó que en el año 1996 Francesco Tonucci empezó el proyecto La Ciudad de los Niños en la ciudad de Rosario, del que es parte fundamental Chiqui Gonzalez, que será una de las próximas invitadas a este ciclo de charlas ANIDAR.
La invitada se refirió en el conversatorio a su experiencia de trabajo en América Latina y por qué la Red Ocara, que dirige desde 2013, y que es una red latinoamericana de experiencias y proyectos sobre ciudad, arquitectura y espacio público en la que participan niños, nunca accedió a que se presentaran proyectos de Europa pues “las condiciones sociales y urbanas no tienen nada que ver”, afirmó.
Podemos concluir que, la pregunta directriz que nos dejó la décima invitada a los encuentros fue ¿cómo se construye una ciudad que incluya a las infancias y cómo se articulan las políticas públicas con participación social?
