Quédate, aunque el reloj se acerque al cero
Cuídate, aunque sea contra el viento
Valeria Castro en la canción "Cuídate"
Cuídate, aunque sea contra el viento
Valeria Castro en la canción "Cuídate"
"La Tierra y otras escuelas" (mi blog en en Fronterad) sigue desde hace años las advertencias que hacen científicos como Antonio Turiel (Consejo Superior de Investigaciones Científicas -CSIC), Fernando Valladares (CSIC), William J.Rippley (Distinguished Professor of Ecology-Oregon State University, Director-Alliance of World Scientists) entre otros científicos o divulgadores como Juan Bordera, sobre el ascenso de la temperatura de la atmósfera y los océanos, la destrucción masiva de la biodiversidad, el declinar de los recursos fósiles y minerales que hemos usado desde hace 150 años, etc. Declinar que nos conduce a guerras desesperadas por apropiarnos de lo que queda. Son una serie de variables que dibujan una ecuación de resultado probable: una catástrofe ecológica y social planetaria.
Soy artista que enseña arte a la infancia. No soy científico. Sé algo de ciencia porque leo libros de divulgación y revistas como "Investigación y Ciencia" -que ya no se publica en castellano por no ser rentable-. Carl Sagan nos dijo a finales del siglo XX en su último libro, "El mundo y sus demonios", que la ciencia parecía acorralada en USA ante el avance de la ignorancia voluntaria de mucha gente. Millones de personas prefieren los chismes, rumores, habladurías, creencias, saberes no demostrados, acusaciones sin fundamentos, etc, a la búsqueda ardua de la ciencia. Prefieren cualquier cosa que los haga sentir seguros y fuertes en sus convicciones -por ejemplo, teorías conspiratorias no probadas- antes que la actitud crítica de la ciencia. Sagan afirmaba que sin conocimiento científico no puede existir la democracia porque ésta exige el libre albedrío.
Hoy, unos treinta años después de la publicación de ese libro, los demonios se han expandido por la mente de los humanos y han estrechado nuestro mundo como lugar de razón y luz. El mundo es una construcción cultural y biológica resultado de miles de años de andadura común. Ese camino llega a su final, al menos tal como lo hemos conocido. La Humanidad seguirá su curso, sin duda, queden los que queden, pero será de otra manera. Y nosotros no estaremos ahí para ayudar a las nuevas generaciones a salir adelante. Lo único que podemos hacer, al menos los que trabajamos con niñas y niños, es enseñarles cuatro cosas básicas para coexistir en un planeta próximo menos apto para la vida humana: la tribu es tan fuerte como el más débil de sus miembros, los problemas de la especie se resuelven entre todos, la razón es una llama difícil de encender y fácil de apagar, el arte y la ciencia son lenguajes universales que permiten entendernos.
Ante esta situación, una canción me resuena dentro desde que la escuché. Su letra es como un mensaje a la infancia de hoy que será adulta en un mañana de extrema dificultad. También es un recordatorio de lo que tenemos que enseñarles mientras haya tiempo. La canción es "Cuídate" de Valeria Castro y dice:
"Hay una vida escondida en tus pupilas La que se asoma cuando miro y no me mira Y hay en el cielo una estrellita que ilumina No sé si es que es la oscuridad quien te domina
Cuídate, que yo no puedo hacerlo Quédate, aunque el reloj se acerque al cero Cuídate, aunque sea contra el viento Que si no veo lo bonito que es tenerte, a lo mejor, me muero
La soledad se ha hecho hasta mi amiga Ahora que se concentra en esta etapa de la vida Pero aunque duela, aunque parezca que termina Yo te quiero siempre, yo jamás te dejaría
Cuídate, que yo no puedo hacerlo Quédate, aunque el reloj se acerque a cero Cuídate, aunque sea contra el viento Que si no veo lo bonito que es tenerte A lo mejor me muero
Cuídame, que yo no puedo hacerlo Piénsame, que vivo bajo el mismo cielo Cuídame, que yo sola, reviento Mírame, solo un último momento"