Italia se reconstruyó después de la Segunda Guerra Mundial hasta convertirse en una potencia de la industria cultural. Esta modernización italiana fue criticada por artistas como Pier Paolo Pasolini porque provocó la pérdida de valores sociales y simbólicos locales en favor de una cultura internacional capitalista-publicitaria anónima. Sin embargo, algunos sectores de la cultura italiana hicieron una nueva lectura de sí mismos para resignificarse en el panorama geopolítico vigente. Así, en 1949 surgió la idea de un nuevo proyecto cultural-académico: reciclar villas del Véneto diseñadas por el arquitecto Palladio en el siglo XVI para ubicar nuevos institutos de investigación sobre varias áreas. La ciudad de Vicenza decidió crear el Centro Internazionale di studi di architettura Andrea Palladio (en adelante el Centro) en 1958. Algunos de los mejores investigadores de la Historia de la Arquitectura están ligados a la institución: Anthony Blunt, André Chastel, Ludwig Heydenreich, Rodolfo Pallucchini, Rudolf Wittkower, Bruno Zevi, Fausto Franco, Giangiorgio Zorzi, Renato Cevese, Wolfgang Lotz, James Ackerman, Franco Barbieri, Arnaldo Bruschi, Licisco Magagnato, Christof Thoenes, Manfredo Tafuri, André Chastel, Guido Beltramini, etcétera. El Centro ha contribuido a situar la obra de Palladio, la ciudad de Vicenza y el patrimonio arquitectónico de la Terraferma del Véneto como símbolos que manifiestan una manera de ser y estar en el mundo.
En 2012, el Centro inauguró el Museo Palladio, sito en el Palazzo Barbarano de Vicenza. Como el objetivo del museo era ser el interfaz entre las investigaciones del Centro y la sociedad, rápidamente creó un departamento de educación con proyectos específicos para infancia, juventud, diversidades físicas y psíquicas, etcétera. Ilaria Abbondandolo, investigadora del Centro desde 1998, es la responsable de idear y dirigir dicho departamento de educación. Con perseverancia y rigor, Abbondandolo y su equipo han desarrollado programas y colaboraciones que han convertido al Museo Palladio en un referente de la educación de arquitectura para infancia en Italia. El museo celebró su décimo aniversario en octubre de 2022 con dos “días de estudio”, uno de ellos dedicado a la educación de la infancia titulado Lo que los adultos no saben sobre arquitectura (vídeo de las ponencias), donde tuve el privilegio de participar. El libro con las ponencias, de los dos días de estudio fue publicado en 2024 (descargar PDF) . Publiqué una nota en mi blog de fronterad sobre ese segundo día.
En septiembre de 2024, Abbondandolo publicó el libro Architettura a scuola. Metodi e proposte per il primo ciclo (Arquitectura en la escuela. Métodos y propuestas para el primer ciclo), donde explica los pasos que ella ha dado para definir el marco teórico y los objetivos del departamento educativo, así como ejemplos de algunas de sus actividades. Su investigación zigzaguea por varios campos y recoge aquello que considera útil para la propuesta educativa del museo que se sintetiza en tres ideas: el patrimonio es constructor de identidad e inclusión, la arquitectura despierta la conciencia espacial, la investigación y la educación van de la mano.
Arnaldo Bruschi, antiguo director del Centro, dijo que comprender las épocas pretéritas es: “comprendernos a nosotros mismos, nuestras acciones actuales como resultado de un proceso histórico en desarrollo en el cual estamos inmersos pero que se enraíza en un pasado lejano” (Bruschi, citado por Abbondandolo en la página140). Él añadió que la historia de la arquitectura “estudia los elementos que configuran los espacios en los cuales se realizan las acciones humanas en el tiempo” (Bruschi citado por Abbondandolo, p.105). Abbondandolo concibe la arquitectura como el devenir fenomenológico de nuestros cuerpos en el tiempo y el espacio al que damos sentido con la Historia. Todos somos personajes de un cuento al que llegamos desprevenidos. La educación de arquitectura fortalece nuestra conciencia espacial mediante metáforas posibles gracias a las técnicas disciplinares. Entender el escenario que habitamos es saber cómo tenemos que actuar en él.
La primera parte del libro se titula L´architettura a scuola (La arquitectura en la escuela) y se divide en tres capítulos. El primero es ‘Historia de la arquitectura y conciencia cultural’. La arquitectura, entendida como patrimonio colectivo, nos ayuda a formar nuestras identidades siempre diversas y a la vez muy parecidas. La obra de Palladio “constituye un laboratorio privilegiado para trabajar sobre el patrimonio como expresión de identidad y posible instrumento de inclusión” (Beltramini, actual director del Centro, citado por Abbondandolo, p. 21). El segundo capítulo se titula ‘Educar sobre el espacio’ y analiza tres proyectos educativos para primaria de Estados Unidos diseñados por docentes en colaboración con arquitectos y ajustados a los currículos locales. El método Design-based learning, de Doreen Nelson, propone un proceso de diseño espacial en seis pasos y medio. El primer paso es preguntar qué tengo que enseñar (por ejemplo, la migración). El segundo paso identifica un problema del currículo (por ejemplo, ¿por qué las personas emigran?). Los siguientes pasos marcan un objetivo proyectual, los criterios de evaluación, el proceso de creación de los estudiantes y el paso final de autoevaluación mediante la síntesis y la comunicación. El currículo Arquitectura e infancia, de la docente Anne Taylor y el arquitecto George Vlastos, propone temas disciplinares como planta y perspectiva, estructura, colores y textura. Luego define los objetivos de aprendizaje y dice en qué materias curriculares puede desarrollarse. El currículo Arquitectura: ¡es elemental!, de la sección de Michigan del American Institute of Architects, tiene como objetivo la conciencia del espacio construido y el impacto que cada uno de nosotros tiene en el ambiente. Propone siete temas que se adaptan al currículo del estado de Michigan, por ejemplo, las formas geométricas, secciones de calles, simulación de estructuras o proporciones humanas. Cada tema se relaciona con actividades concretas. Por ejemplo, el tema proporciones humanas se relaciona con los aspectos sensoriales del aula. Abbondandolo también revisa algunos proyectos europeos, pero son de menor calado en la educación primaria. El tercer capítulo es ‘La arquitectura es escuela’ y analiza diseños de colegios del siglo XX y XXI, principalmente en Italia. Me llama la atención el comentario que hace la autora de los dos números de la revista Casabella dedicados a los colegios, uno de 1960 y otro de 2007: “el reclamo a una necesaria sinergia entre la psicopedagogía y la arquitectura –sobre el que tanto se insiste en el número 245 de 1960– ha desaparecido del todo” (p. 74) en el número de 2007. Sin una visión clara de la sociedad educada que queremos es difícil proponer proyectos espaciales para la educación.
La segunda parte del libro es ‘El museo de arquitectura para la escuela’ y plantea cuál es la función educativa de un museo de arquitectura. Apunta hacia un museo que combina el valor de la obra en sí –en el caso del Museo Palladio es el Palazzo Barbarano, donde se ubica– y la calidad de la didáctica museográfica con una narración que integra obras concretas. El museo laboratorio propuesto por Giulio Carlo Argan también es un buen ejemplo porque, demanda visitantes activos que experimentan con la arquitectura como un lenguaje con una morfología y una sintaxis propia, y por lo tanto, como testimonio de valores socioculturales o vehículo de mensajes (políticos, civiles, espirituales, etcétera) que evolucionan en el tiempo. La educación de arquitectura incluye muchas perspectivas para dar un sentido a esa evolución: “la educación es la síntesis de los resultados de la investigación (...) Cuanto más aumenta los grados de separación entre los responsables de educación y de investigación, menos auténtica y atractivas resultará la acción educativa” (p. 84).
La tercera parte del libro explica buenos ejemplos de actividades educativas del Museo Palladio hechas en colaboración con varios profesionales desde 2012. No me detengo en ellas porque la esencia del libro es la búsqueda de Abbondandolo en pos de un sentido educativo para el museo. Tal vez en el futuro ella investigue los proyectos educativos para Primaria del Reino Unido, España, Hungría, Rumanía, Egipto, Colombia, etcétera. O ella estudie otros campos de la educación. Abbondandolo acomodará cada hallazgo en su propuesta educativa para que el Museo Palladio contribuya más a la educación de la infancia de Vicenza y el Véneto. Gracias al libro de esta reseña, también contribuirá a la educación de las niñas y los niños de otras culturas.
Architettura a scuola. Metodi e proposte per il primo ciclo. Ilaria Abbondandolo. Carocci Editore - Tascabili Faber, 2024.
La conciencia espacial desvela la historia. Educación e infancia en el Museo Palladio
La educación de arte como derecho de la infancia
Portada de Reladei - Revista Latinoamericana de Educación Infantil, Vol. 13 (1), septiembre 2024
Reladei - Revista Latinoamericana de Educación Infantil dedica el Vol. 13 (1), septiembre 2024 (pdf completo) a la Educación Infantil como necesidad para lograr los objetivos de la Convención de los Derechos del Niños de 1989. La Dra Mariela Losso de la Universidad de Comahue en Argentina dice en la editorial que los derechos de las niñas y los niños se cumplen a medias o poco en muchos países. Por eso este monográfico se titula "Derechos desde el Nido" y contiene estudios sobre la educación como condición para asegurar los derechos de la infancia con el juego, la coeducación, el lenguaje para la construcción social, la participación, la expresión artística, etc. Uno de los artículos es de mi autoría: "Periódico Infantil del Jardín de la Universidad Nacional. Una separata desde la Escuela de Arte para Niños y Jóvenes en Bogotá".
Índice de autores de Reladei - Revista Latinoamericana de Educación Infantil - Vol. 13 (1), septiembre 2024 (pdf completo)
Publiqué una versión inicial del texto en este blog de Fronterad en 2015 cuando expliqué en varios artículos la formulación de la Escuela de Arte para Niños y Jóvenes de la Universidad Nacional de Colombia que realicé aquel año. El proyecto de dicha escuela se truncó por cambios en la decanatura de la Facultad de Artes y Arquitectura. Me gusta que ahora se publique la nueva versión en Reladei (pdf), cuyo resumen dice:
"Este proyecto con el Jardín Infantil forma parte de la formulación de la Escuela de Arte para Niños y Jóvenes (EANJ) de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, realizada en 2015. La finalidad de la Escuela de Arte para Niños y Jóvenes es proporcionar educación orientada por objetivos para conseguir una formación integral del niño en el multialfabetismo de los lenguajes del arte. Desarrolla en el alumno habilidades de expresión, alcanzando un nivel que le permitiría solicitar el ingreso en la educación vocacional y universitaria de artes. En este relato de experiencia se recuperan aportes del informe teórico sobre la EANJ (qué es, qué enseña, organización) y el desarrollo de un proyecto transdisciplinar realizado con el Jardín Infantil («El Periódico, separata Arte» en el Jardín)
El proyecto se llamó Separata «Arte» de PIJUN (Periódico Infantil del Jardín de la Universidad Nacional), fue desarrollado con dieciocho niños y niñas de 4 años del grupo Jardín A. El objetivo era la representación en dos dimensiones de experiencias cotidianas vividas en el Jardín y sugeridas por los artistas invitados. La metodología combina la codocencia entre la maestra del grupo y los artistas invitados para que los estudiantes tengan una experiencia integral del cuerpo en el espacio y la posterior exploración de los materiales de representación
Se realizaron diez sesiones de taller y una jornada de presentación de PIJUN Separata “Arte”, siendo el espacio de socializar la experiencia con otros grupos, familias y comunidad."
Algunas de las páginas del artículo "Periódico Infantil del Jardín de la Universidad Nacional. Una separata desde la Escuela de Arte para Niños y Jóvenes en Bogotá"
Educación o violencia. La escuela rural colombiana
El libro colombiano Educar en territorios rurales. Escuela, conflicto y formación fue publicado por la Universidad del Rosario en 2023. Fabiola Cabra Torres es la editora académica. Los artículos son de la propia Cabra Torres, Óscar Julián Cuesta Moreno, Luz Marina Lara Salcedo, John Jairo Mateus Arbeláez, Clara Inés González Rodríguez, Yolanda Castro Robles, Piedad Cecilia Ortega Valencia, Adriana Patricia Mendoza Báez, Solman Yamile Díaz Ossa y Rosio González Sandoval.
Los textos académicos que componen el libro dan una idea de qué es hoy la educación rural y la escuela rural colombianas. Entendemos por educación el proceso diseñado para el desarrollo integral de la niña dentro de una comunidad, entendemos por escuela el espacio y el tiempo diseñados para que ese proceso se dé. Para entender el presente, algunos autores mencionan algunas políticas públicas del pasado que condujeron hasta iniciativas actuales como el Plan Especial de Educación Rural (PEER) –nacido tras los Acuerdos de la Habana entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de 2016– y el Programa Nacional de Educación para la Paz (EDUCAPAZ). ¿Por qué esta insistencia en la paz como punto de fuga de la educación? El camino de la educación colombiana se ha trazado sobre una estructura social piramidal rígida y exacerbada que causa una desigualdad enorme –con una reducción mínima en las décadas recientes según el índice Gini–. La tensión producida por la brecha social-económica ha provocado momentos históricos de gran violencia que afectaron a la educación rural, incluso la cooptaron o anularon. Mateus Arbeláez y Mendoza Báez señalan: “la negación del derecho a la propiedad, que es el detonante del conflicto en el país, está vinculada a la negación de un conjunto de derechos, entre los cuales se encuentra la educación” (pág. 153). Un territorio sin escuela pública no tiene futuro. Por eso, el libro tiene una actitud crítica y vigilante con los conceptos epistemológicos “educación” y “ruralidad” para luego describir la escuela rural deseada como un lugar de paz y respeto basada en los derechos de los estudiantes, los maestros y la comunidad.
El conflicto armado está presente en todo el libro porque la violencia altera la educación local: se silencian o modifican contenidos, se impide la presencia de ciertos perfiles profesionales, se trastocan los saberes ancestrales, etcétera. Parra Sandoval, uno de los principales historiadores de la educación colombiana –citado varias veces en libro–, se preguntó: ¿la escuela colombiana forma ciudadanos para la paz o para la cultura de la violencia? ¿La educación reproduce patrones de comportamiento donde la violencia es la manera de construir proyectos de vida? ¿O la educación nos enseña a transformarnos juntos para vivir en paz? El libro casi no habla de educación rural en territorios en calma. Cuando sí lo hace, señala la permanente escasez de recursos en unas políticas nacionales que rara vez dialogan con las políticas locales. Ese diálogo roto provoca la descontextualización de contenidos y de métodos pedagógicos o administrativos. La educación rural y sus infraestructuras escolares, que a menudo son las construcciones principales de la localidad, tienen que articular la vida comunitaria, cohesionar puntos de vista distintos con tranquilidad y, gracias al papel mediador de los maestros, entretejer lo local, lo territorial, lo nacional y lo universal. Por un lado, los estudiantes son protagonistas de la endoculturación que los integra en su comunidad –siempre impura, pues toda comunidad es fruto de la transculturación–. Por otro lado, la educación entrena a los estudiantes en habilidades y competencias que les permitirá aventurarse en el mundo –cercano y lejano–, observar, describir y mejorarlo para el bien común. Así debería ser.
Me llama la atención este párrafo de Mateus Arbeláez y Mendoza Báez: “En respuesta a las primeras propuestas del Ministerio de Educación (MEN) para un Plan Especial de Educación Rural (PEER), incluido como parte de las acciones de apoyo a los Acuerdos de Paz, la Mesa Nacional de Educaciones Rurales (MNER) señala deficiencias en la comprensión por parte del MEN. En particular, el MEN concibe que la educación rural debe centrarse principalmente en el niño y la niña. Sin embargo, la MNER promueve una perspectiva donde la comunidad sea el eje central de la educación rural” (pág. 161). Estas palabras me recuerdan a lo que el pedagogo Gert Biesta dice, por ejemplo en Redescubrir la enseñanza de 2022: el currículum tiene que estar centrado en el mundo y no en el niño, los maestros crean las situaciones para que los estudiantes descubran, nombren y transformen su sociedad. También me recuerda a lo que el maestro uruguayo Jesualdo Sosa dijo hace casi cien años cuando defendió una escuela rural latinoamericana “situada” que educara ciudadanos conscientes del porqué de su comunidad, con espíritu crítico para mejorar las condiciones de vida personales y colectivas, responsables del devenir de su país y del mundo. Y hace doscientos años Simón Rodríguez, que fue maestro y amigo de Simón Bolívar, trabajó toda su vida por una educación de calidad para todas las niñas y niños sin distinción social alguna. Pero sus ideas no tuvieron eco en la sociedad de su tiempo. La Historia nos enseña que la educación y la violencia no caben en la misma escuela.
Educar en territorios rurales. Escuela, conflicto y formación. Fabiola cabra Torres (editora académica). Universidad del Rosario, 2023.
La CAF incentiva la infraestructura educativa de calidad
CAF - Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe organizó el "Taller de innovación en infraestructura educativa resiliente y transformadora para el aprendizaje en América Latina y el Caribe" el 5 y 6 de noviembre de 2024 en Bogotá, Colombia. Participaron 33 miembros de Ministerios de Educación de trece países de la región -además de Jujuy y la Alcaldía de Bogotá-, varios miembros de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Giancarlo Mazzanti y Rosan Bosch como conferenciantes, y el equipo dirigido por mí para el diseño y realización de las ocho horas de sesiones colaborativas dentro del taller. (El listado de todos los participantes está al final del artículo.)
La voluntad de la CAF fue mezclar los campos de la arquitectura y la educación para "promover instancias de intercambio, difusión y diseño de estrategias para la innovación arquitectónica y urbana de las infraestructuras para el aprendizaje ejecutadas por nuestro países miembros". Los objetivos del taller eran: fortalecer la relación y el intercambio entre dichos campos, señalar logros y obstáculos, definir posibles estrategias futuras.
Vídeo de la CAF sobre el taller del 5 y 6 de noviembre de 2024 en Bogotá.
Nuestro equipo para el diseño y la realización de las sesiones colaborativas estuvo compuesto por Fabiola Uribe, Leonel Miranda, Juan Sebastián Fonseca, Mónica del Pilar Uribe (relatora), Federico Rey-Quiñones (video) y Jorge Raedó en la dirección. La primera sesión colaborativa fue online el 28 de octubre de 2024 a modo de preámbulo. La segunda y tercera sesiones colaborativas fueron el 5 y 6 de noviembre de 2024 en el Hotel Courtyard Marriot de Bogotá.Propusimos actividades para incentivar el diálogo y la reflexión conjunta sobre lo que cada país hace. Para ello, utilizamos las escalas espaciales, los principios y las categorías que la CAF plantea en su nueva guía sobre infraestructura educativa de pronta publicación. Los cuatro principios son inclusión, entorno, flexibilidad (antes llamada adecuación), ecoeficiencia y sustentabilidad ambiental. Una pregunta nos inquietaba: ¿qué es la innovación en infraestructura educativa en cada país?
Cuando escuchamos y vemos lo que hacen nuestros pares, enriquecemos el trabajo personal y del grupo. El análisis que hicimos de las actividades llevadas a cabo el 28 de octubre y el 5 y 6 de noviembre nos condujo a unos comunes denominadores de lo que funciona bien y de lo que funciona menos bien, y señalamos aspectos fuertes a potenciar y aspectos débiles a mejorar. El contenido del análisis está en manos de la CAF cuya voluntad es continuar el diálogo entre países para mejorar la infraestructura educativa para la infancia y la juventud.
A continuación muestro fotos del taller. Las primeras imágenes son de las charlas iniciales del taller el 5 de noviembre. Luego pongo las fotos de la sesión colaborativa de cinco horas del 5 de noviembre y de noventa minutos del 6 de noviembre. Ordeno las fotos por bloques de actividades. (Nota: todas las fotos son de mi autoría excepto donde indico otro autor.)
Isabel Segovia Ospina, Secretaría de Educación de la Alcaldía Mayor de Bogotá abrió la jornada. Foto: CAF.
Pablo Bartol, Gerente de Desarrollo Social y Humano de la CAF explicó con optimismo el porqué del taller. Foto: CAF.
Martín Motta, especialista en Infraestructura Social de la Gerencia de Desarrollo Social y Humano de la CAF expone los objetivos que persiguen. Foto: CAF.
Miriam Preckler, Directora de Educación de la CAF quiere que los profesionales de la educación estén presentes en la reflexión sobre las infraestructuras educativas. Foto: CAF.
El arquitecto colombiano Giancarlo Mazzanti mostró algunos de sus proyectos de centros educativos. Foto: CAF.
La arquitecta belga Rosan Bosch intervino online y habló de sus proyectos de centros educativos en varios países. Foto: CAF.
La arquitecta colombiana Fabiola Uribe en el turno de preguntas después de las dos conferencias. Foto: CAF.
La sesión colaborativa del 5 de noviembre inició con grupos de profesionales de varios países. Diseñaron maquetas de escuelas infantiles y colegios con espacios interiores, transición y exteriores.
La maqueta de "eles" de cartulinas de tres colores (uno por escala espacial) sobre un tablero de dieciséis cuadrados permite debatir sobre qué sucede en los diferentes ambientes de un centro educativo. Cada cultura los vive de una manera diferente.
Los participantes moldearon los estudiantes y los profesionales que habitan los centros educativos. Cada habitante tiene su diversidad que requiere un espacio específico. Diseñar un colegio es satisfacer múltiples diversidades.
Dos centros educativos unidos por un espacio público.
Los estudiantes van en colegio en canoa, en burro, en bici, en carro, a pie, etc.
La socialización y la actividad académica en culturas locales concretas generan diseños de espacios específicos para ellos.
El centro educativo es un lugar que acoge y motiva para la auto-superación.
Todos los países enviaron ocho foto de su infraestructura escolar reciente. Imprimimos las fotos y las pusimos en el suelo para tener una visión global durante unos minutos. Foto: CAF.
Los participantes escogen fotos para agruparlas en las tres escalas espaciales (interior, transición y exterior) y ordenarlas sobre las mesas según los principios y las categorías.
Ordenar las fotos en las mesas promueve el intercambio de puntos de vista según la experiencia de cada profesional.
Las palabras no siempre tienen el mismo significado para todos. Buscamos una homologación que permita entendernos.
Cuando el debate se centró en los principios y las categorías, los participantes se reunieron de manera imprevista en torno a una mesa. El mantenimiento fue la categoría que suscitó mayor controversia por la importancia que todos le dieron.
Cada país tiene un largo bagaje en infraestructura educativa para la infancia del que aprendemos al escucharlo.
Después de las actividades para intercambiar puntos de vista, cada país hizo una autoevaluación a partir de los principios y las categorías plateadas por la CAF. En la imagen, las representantes de Ecuador.
Cada país tenía stickers de los principios y las categorías que ordenaron sobre un cartón dentro de unos ejes que iban de mayor a menor importancia. La autoevaluación finalizó con una grabación en video de las conclusiones obtenidas. En la imagen, los representantes de Chile.
La "infografía corporal" consiste en preguntas que tienen respuestas claras como "sí" o "no". Para responder, los participantes se mueven en el espacio según las zonas marcadas en el piso. Luego se toma la foto para captar las respuesta global.
Hicimos quince preguntas sobre la infraestructura educativa en sus países. Un participante planteó la última pregunta: "¿Cuántos somos del sector educación y cuántos del sector arquitectura?". La mayoría eran de la arquitectura, algunos de las políticas públicas, muy pocos del sector educativo.
El 6 de noviembre, el urbanista colombiano Leonel Miranda recapituló sobre lo sucedido en la sesión colaborativa del 5 de noviembre. Luego él hizo tres preguntas sobre el trabajo en red a los participantes.
Tras la charla se abrió un turno de intervenciones. La perspectiva de género se manifestó como una categoría muy ausente en casi todos los países cuando diseñan centros educativos. Frame: video de Federico Rey.
Los participantes de Barbados y de Trinidad y Tobago señalaron la gravedad de los cambios climáticos que ponen en riesgo a sus islas. Sus infraestructuras educativas son también refugios para la población ante los desastres naturales que serán cada vez más fuertes. Frame: video de Federico Rey.
Todos los participantes quieren contar el buen trabajo que hacen en sus países. Tanto o más importante es detectar lo que no funciona y aprender juntos cómo solucionarlo. Frame: video de Federico Rey.
Participantes de los países en las sesiones colaborativas:
Argentina: Nación y Provincia de Jujuy • Francisco Candioti. Jefe del Departamento de Arquitectura y Equipamiento Escolar de la Secretaría de Educación de la Nación. • José Thomas. Secretario del Consejo Federal de Educación. • Miriam Serrano. Ministra de Educación de la Provincia de Jujuy. • Andrés Perkons. Técnico del Ministerio de Educación de la Provincia de Jujuy.
Barbados • Suzanne Ward. Assistant Director, Education Technical Management Unit.
Brasil • Mariana Pessoa de Mello Cartaxo Manzan. Coordenadora de Desenvolvimento e Análise de Infraestrutura/CODAN. • André Ricardo Dias Lima Mendes. Coordenador de Monitoramento e Acompanhamento de Obras-COMOB.
Chile • Dagoberto Enrique Arancibia Díaz. Jefe Sección de Acompañamiento de Diseño, Dirección de Educación Pública. • Benjamín Dante Barboza Bascuñan. Profesional del Área de Infraestructura Digital Educativa del Centro de Innovación.
Colombia: Nación y Bogotá • Juan Guillermo Jiménez. Jefe de Oficina de Infraestructura Educativa del Ministerio de Educación Nacional (MEN). • Solman Yamile Díaz. Directora de Calidad para la Educación Preescolar, Básica y Media del MEN. • Enrique Bolívar. Arquitecto. Oficina de Infraestructura del MEN. • Carlos Alberto Benavides Suescún. Director Infraestructura Educativa de la SED. • José Mauricio Baquero. Coordinador del equipo de especialistas en Infraestructura Educativa de la SED. • Julia Rubiano. Subsecretaría de Calidad y Pertinencia de la SED. • Ángela Cubillos. Directora de Ciencias, Tecnología y Medios Educativos de la SED.
Ecuador • Ana Chiluisa. Directora Nacional de Infraestructura Educativa. • María Cristina Redín. Directora Nacional de Estándares Educativos.
El Salvador • Karla Galeano. Directora de Infraestructura y Ambientes Educativos. • René Núñez. Especialista de Pre-Inversión CAPRE.
Honduras • Juan Carlos Coello. Director de Construcciones Escolares, Bienes e Inmuebles. • Guillermo Antonio Dacarett Cabañas. Especialista de infraestructura del Proyecto de mejoramiento de la calidad de la educación Prebásica. • Lehsster Ortega Salinas. Subdirector de la Dirección General de Construcciones Escolare y Bienes Inmuebles.
Panamá • Beatriz Echeverría. Jefa del Departamento de Diseño y Desarrollo. Dirección Nacional de Infraestructura. • Noel Abrego. Arquitecto del Departamento de Diseño y Desarrollo. Dirección Nacional de Infraestructura.
Perú • Catalina Horna. Directora Ejecutiva del Proyecto Especial de Inversión Pública Escuelas Bicentenario. • Lorena Gavilano. Secretaria General.
República Dominicana • Rosmerlin Pérez Jiménez. Coordinadora Administrativa del departamento de Diseño General de Mantenimiento e Infraestructura Escolar. • Ana Cristina Estrada Sánchez de Wazar – Encargada del departamento de Diseño General de Mantenimiento e Infraestructura Escolar.
Trinidad y Tobago • Peter Smith. Chief Education Oficer. • Wayne Cupid. Director Education Facilities.
Uruguay • Andrea Gnesetti. Asesora en infraestructura ANEP. • Mario Corrales. Director Sectorial de Infraestructura. Dirección Sectorial de Infraestructura. ANEP-CODICEN.
Miembros del CAF participantes en el taller.
• Pablo Bartol. Gerente de Desarrollo Social y Humano. • Sebastián Abbatemarco. Director de Proyectos de Desarrollo Social. • Miriam Preckler. Directora de Educación. • Jorge Concha. Director de Operaciones y Financiación Verde. • Rocío Casas. Ejecutiva Senior Oficina de Representación de CAF en Colombia. • Nara Vargas. Especialista de la Gerencia de Acción Climática y Biodiversidad Positiva. • Luciana Fanstain. Especialista de la Gerencia de Género, Inclusión y Diversidad. • Martín Motta. Especialista en Infraestructura Social de la Gerencia de Desarrollo Social y Humano. • Marcela Bautista. Especialista en Educación de la Gerencia de Desarrollo Social y Humano. • Emilia Vallejo. Especialista en Educación de la Gerencia de Desarrollo Social y Humano. • Magdalena Lanza. Gerencia de Desarrollo Social y Humano.
Equipo del diseño y la realización de las sesiones colaborativas.
• Jorge Raedó (dirección). Profesor de arte y arquitectura para infancia, gestor cultural. “Osa Menor. Educación de arte para infancia y juventud”. • Fabiola Uribe. Arquitecta, directora de “Lunárquicos. Práctica experimental de arquitectura para infancia”. • Leonel Miranda. Gestor urbano, creador del proyecto de cultura ciudadana y movilidad “Al colegio en bici” de la Alcaldía de Mayor de Bogotá. • Juan Sebastián Fonseca. Arquitecto, colaborador de “Lunárquicos. Práctica experimental de arquitectura para infancia”. • Federico Rey. Director de teatro y audiovisuales. • Mónica del Pilar Uribe: periodista y directora del periódico digital bilingüe “The Prisma”.
Conversación ANIDAR con Guillermo Marini y Hugo Mondragón (Chile). Construir y habitar la escuela
Conversación ANIDAR en el canal youtube Arqa. En el facebook Arqa aquí.
Guillermo Marini es Profesor Asociado en la Facultad de Educación, Pontificia Universidad Católica de Chile. Se tituló como Profesor de Filosofía por la Pontificia Universidad Católica Argentina. Es Doctor en Filosofía y Educación por Columbia University y Magíster en Artes en la Educación por Harvard University. Su investigación y docencia se concentra en la estética cotidiana en la educación, las metodologías basadas en artes, y el diálogo entre quienes construyen y habitan la escuela. Ha publicado en Journal of Aesthetic Education, Journal of Philosophy of Education, Studies in Philosophy and Education, ARQ, Visual Communication, Visual Ethnography, entre otras. Es autor, junto a Hugo Mondragón, del libro ‘Construir y habitar la escuela’ (Ediciones UC).Hugo Mondragón López. Es Profesor Titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es arquitecto de la Universidad Piloto de Colombia. Magíster en teoría e historia de la arquitectura y el arte por la Universidad Nacional de Colombia. Magíster en arquitectura y Doctor en arquitectura y estudios urbanos por la Universidad Católica de Chile. Ha investigado y publicado sobre la ciudad y la arquitectura del siglo XX en Colombia, Chile e Hispanoamérica. Es miembro de DoCoMoMo internacional, Society of Architectural Historians [SAH], European Architectural History Network [EAHN], Latin American Studies Association [LASA]. Es integrante del Comité Editorial de revistas WoS de arquitectura. Desde 2018 trabaja con equipos interdisciplinarios que investigan la arquitectura escolar desde la arquitectura, la historia, la sociología, la pedagogía, la medicina y la estética cotidiana de la escuela.
El jueves 5 de diciembre hicimos la Conversación ANIDAR con Guillermo Marini y Hugo Mondragón sobre el libro "Construir y habitar la escuela" publicado en 2023 (mi nota sobre el libro ese año). Ellos empezaron a investigar juntos sobre espacios educativos en 2018. Es una alianza provechosa porque Guillermo viene del campo de la educación y la filosofía y Hugo viene del campo de la arquitectura. Juntos organizaron seminarios y cursos sobre este tema que condujeron al libro que reúne investigaciones de varios autores sobre los espacios educativos para la infancia. Los artículos forman duplas por temas donde un autor escribe con énfasis en educación y el otro en arquitectura.
Hugo señala cuatro problemas que ellos han detectado en su investigación sobre espacios educativos:
1. Las disciplinas se atrincheran en su saber y les cuesta mucho salir de sí mismas para colaborar con otros campos de conocimiento.
2. Cada campo de saber, incluso cada disciplina profesional, tiene su lenguaje determinado. Eso crea grandes malentendidos. Es necesario crear un lenguaje común.
3. La representación gráfica y tridimensional de los arquitectos suele ser poco descifrable para otros profesionales.
4. Habitar viene antes que construir.
Sobre el cuarto problema, los invitados dicen que primero entendemos el espacio como un fenómeno relacional de seres con el ambiente, luego diseñamos y construimos para cuidar esas relaciones. El orden debería ser ese tal como dijo Gianni Vattimo en su texto "Abitare viene prima di construire" de 1982 y que Hugo menta como referente. Sin embargo, los centros educativos para la infancia que predominan en el planeta son construidos primero y habitados luego. Rara vez se tiene en cuenta con los habitantes de la escuela (estudiantes, docentes, otros profesionales del día a día del centro, familias, comunidades vecinas, etc) como actores participantes en el proceso de diseño, construcción y gestión del uso.
Guillermo señala que la epistemología de Descartes impera en la formación de los nuevos maestros de casi todo el mundo: cuerpo y mente se consideran entidades separadas. Así aprenden las futuras maestras en las facultades de educación, así enseñan las maestras en su vida profesional. Lo que se llama "desarrollo cognitivo" suele quedar reducido -aún hoy- a un devenir cerebral que entiende el cerebro como un centro de computación y acumulador de datos. Algunos estudios dicen que el 80% o 90% de currículum de las facultades de educación del mundo son idénticos y en ellos casi no aparece el cuerpo, el aprendizaje encarnado o el espacio como "materia" donde nos relacionamos con los otros. El espacio es un fenómeno relacional. Por lo tanto, primero hay que estudiar esas relaciones que posibilitan la educación para luego diseñar el espacio y el tiempo que las cuida y favorece.
El primer artículo es de Marini y Mondragón sobre la Escuela Mínima que ellos han diseñado. Se trata de un centro educativo pensado desde las relaciones culturales y sociales de la infancia en sus contextos locales. Por ejemplo, comer es una actividad biológica y simbólica esencial. Por eso la Escuela Mínima tiene un huerto y un invernadero que forman parte del ciclo del alimento y un comedor para establecer relaciones. Los estudiantes son responsables de su cuidado. Marini dice que el concepto de "cuidado" sólo puede darse en relaciones horizontales y no verticales de poder. La Escuela Mínima media entre el Estado -que somos todos- y el ciudadano para que éste se integre en su sociedad con derechos y deberes, habilidades profesionales, tejido en comunidad, etc.
La primera dupla contiene artículos de Inés Dussel y Pedro Barrán. Ella analiza fotos antiguas de colegios argentinos y él estudia casos de la Historia de la Arquitectura escolar uruguaya. Ambos desvelan al centro educativo como metáfora construida de la voluntad política y social de una época. Barrán recuerda a Piaget: "el conocimiento no está determinado por la realidad ni por el individuo: es producto de la interacción entre ambos" (pág.65). El centro educativo es una atmósfera diseñada para mediar entre la infancia, la sociedad que los cría y el mundo.
La segunda dupla son Marcial Huneeus, Ángela Ibáñez, Álvaro Benítez por un lado y Bárbara Rozas por otro. Los primeros reflexionan sobre los patios escolares que han diseñado en Chile como espacios educativos integrados al proyecto pedagógico de cada centro. La segunda defiende el aprendizaje al aire libre y el beneficio de la naturaleza sobre el niño. Ella revisa casos donde estas ideas pedagógicas encajaron con tipos de arquitectura sostenible. El movimiento autónomo y responsable, el juego individual o colectivo no tutorizado, experimentar los cambios naturales, etc. favorece la motivación que posibilita el aprendizaje.
La tercera dupla la forman Juan Andrés Lemus y Henry Beltrán con un texto y Úrsula Bravo con otro. Los primeros describen su gestión en la Fundación Pies Descalzos de Colombia para el diseño, la construcción y el uso de centros educativos. La segunda investiga la gestión visual que hacen los centros educativos de Chile, es decir, el uso que hacen de fotos, carteles,etc. que se pone en muros, puertas, ventanas, etc, del colegio. Tan importante es la gestión técnica del centro educativo como la simbólica. La técnica parece más fácil de observar y transformar porque es cuantitativa. La simbólica es cualitativa, suele pasar inadvertida y es difícil de transformar porque nace de ideales, valores y creencias. El problema, dice Marini, es que los docentes no suelen considerarse a sí mismos como mediadores entre el estudiante y el mundo sino como ilustradores de conceptos o imágenes. Así lo aprendieron en la universidad, así practican la docencia para que todo encaje en unos resultados que se presuponen y miden.
La cuarta dupla aborda centros educativos concretos que nos enseñan aciertos. Carlos Benavides cita casos de éxito de la Secretaría de Educación de la Alcaldía Mayor de Bogotá y algunas instituciones educativas privadas de esa ciudad. Él considera imprescindible estudiar las necesidades del barrio y la comunidad donde se asienta el centro educativo para ajustar su currículum académico a ellas, y luego adaptar el espacio educativo o "hábitat escolar" a tal currículum. Benavides reflexiona también sobre los recintos de Educación Superior porque la educación es un recorrido vital continuo. Mariana Costa y Marco Ginoulhiac estudian tres centros educativos de pedagogía Montessori, uno diseñado en Viena en 1928, otro en Holanda en 1960 y el tercero en Japón en 2007. El primero consta de grandes salones o aulas individuales unidas por un pasillo, en el segundo las aulas se articulan en un recinto con un pasillo-plaza central como lugar de socialización, el tercer centro es una planta flexible con forma elipse -en torno a un gran patio central verde- donde el techo practicable es una zona de juego al aire libre que cubre interiores diáfanos con salones de clase, comedor, baños, oficinas, etc. La propuesta pedagógica de Montessori se basó en estudios científicos sobre el aprendizaje y la salud de los niños. Por eso, sus espacios y materiales para la Primera Infancia eran diseñados hasta el mínimo detalle.
La quinta dupla son los textos de Pablo Rojas y Francisca Amenábar. Rojas dice que los centros educativos de la infancia son lugares de cultura. Cita a Bruner: "es cultura lo que da forma a la mente, la "caja de herramientas" a través de la cual construir no sólo nuestros mundos sino nuestras propias concepciones de nosotros mismos y nuestros poderes" (pág. 180). Construimos nuestra orientación y sentido del mundo con metáforas mentales a partir de la experiencia sensible. La arquitectura genera metáforas espaciales en nosotros. Los buenos centros educativos son poemas de espacio y tiempo que nos hablan de acoger y enseñar para que las niñas y los niños logren la expresión personal dentro del mundo -comunidad de comunidades-. Amenábar analiza una escuela del arquitecto alemán Scharoun. El aula es una "célula" de varios ambientes interiores y exteriores nacida de las necesidades educativas de edades específicas. Luego coloca las "células" sobre el plano horizontal y las une con amplios pasillos y placitas que favorecen la socialización entre grupos escolares. Cada "célula" tiene su exterior que a su vez se une a otro exterior más amplio. Scharoun propone una escuela que se expresa desde dentro hacia fuera en su programa y forma espacial. Así se expresa la escuela, así se expresarán sus ciudadanos. Marini lo dice claro: "la escuela es una ficción de la humanidad". Por eso la escuela necesita ser una metáfora para existir.
La sexta y última dupla son Guillermo Zambrano y Jorge Marsino con María Inés Buzzoni. El primero estudia el uso pedagógico de tres escaleras escolares de Chile. La escalera es un lugar intermedio entre los interiores de clase y los exteriores del centro. Me recuerda "al reino de lo intermedio" de Aldo van Eyck donde los opuestos se reconcilian: trabajo o descanso, querer o rechazar, subir o bajar. Las tres escuelas chilenas del estudio usan las contrahuellas de escaleras muy transitadas para transmitir contenidos concretos. Lo curioso es que los estudiantes interpretan lo escrito en la escalera de manera que no siempre concuerda con la intención de los docentes. El segundo artículo estudia cinco escuelas públicas de Chile con diseño "en caracol" para motivar una circulación peripatética como experiencia educativa. El movimiento del cuerpo es imprescindible para el desarrollo cognitivo integral. Los espacios para la educación tienen que potenciar varios tipos de movimientos y ritmos a los individuos y a los grupos.
La emoción del espacio y el tiempo vivido en la escuela es un grito infantil que se transforma en palabra inteligible gracias a la labor de las maestras. Por eso el equipo docente tiene que participar en el proceso de diseño y gestión de los centros educativos. Es un diálogo posible cuando los profesionales salen de sus trincheras y se dirigen a tierra de nadie para hablar.
El contenido del libro:
Presentación. Construir y habitar la escuela: un asunto de patrimonio / Umberto Bonomo Prólogo / Jadille Baza Agradecimientos / Guillermo Marini, Hugo Mondragón
Construir y habitar Construir y habitar la escuela / Guillermo Marini, Hugo Mondragón
Los sentidos de la historia Diseñar y habitar la escuela. Un ensayo en torno a cinco fotos / Inés Dussel Interacciones entre las ideas educativas y las arquitecturas escolares en el Río de la Plata / Pedro Barrán
EL vacío como oportunidad Paisajes de aprendizaje: jugar y aprender al aire libre en el colegio CREE / Marcial Huneeus, Ángela Ibáñez, Álvaro Benítez. Aprender afuera: posibilidades y beneficios del aire escolar / Bárbara Rozas
Gestiones Gestión e infraestructura educativa de calidad – IEC: más allá de edificaciones novedosas / Juan Andrés Lemus, Henry Beltrán Hacia una gestión visual crítica del espacio escolar / Úrsula Bravo
La transformación de lo mismo Hábitat escolar. Una visión más amplia del tercer maestro / Carlos Benavides Hacia una arquitectura Montessori: un análisis arquitectónico de la evolución del espacio educativo / Mariana Costa, Marco Ginoulhiac
Perspectivas culturales La arquitectura cultural de la escuela / Pablo Rojas Una escuela para formar al ciudadano alemán de la postguerra: Hans Scharoun y el espacio educativo en la escuela primaria Marl (1960-1971) / Francisca Amenábar
Deambular ¿Qué enseñan las escaleras? Una reflexión sobre su sentido pedagógico en tres escuelas chilenas / Guillermo Zamora Cinco escuelas caracol. Educar en el espacio oblicuo / Jorge Marsino, María Inés Buzzoni
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El espacio mal diseñado deforma el pensamiento. La educación está en el ambiente
(Reseña original en Fronterad: https://www.fronterad.com/el-espacio-mal-disenado-deforma-el-pensamiento-la-educacion-esta-en-el-ambiente/)
"Niños, espacios, relaciones. Metaproyecto de ambiente para la infancia" es un libro de Reggio Children en colaboración con la Domus Academy Research Center y el Ministerio de Educación de Italia. Se publicó en italiano en 1998 y algo más tarde en castellano. Ediciones Morata lo publica de nuevo con una edición castellana revisada en noviembre de 2024. El contenido del libro es fruto de una investigación de varios años a cargo del diseñador Andrea Branzi, los arquitectos Giulio Ceppi y Antonio Petrillo, las educadoras Carla Rinaldi y Vea Vecchi, y el arquitecto Michele Zini como coordinador. También cuenta con textos de Jerome Bruner, Paolo Icaro, Alessandro Sarti, Marco Susani y Alberto Veca. El libro fue editado por Giulio Ceppi y Michele Zini. La traducción al castellano es de María Clara Canzani.
Reggio Emilia es una región de Italia famosa en el sector educativo por su propuesta para la educación infantil. Loris Malaguzzi fue un funcionario municipal que tuvo la visión, la voluntad y el valor de plantear un sistema público de cuidado y educación infantil en un país que se reconstruía después de la Segunda Guerra Mundial. Malaguzzi sabía que los seis primeros años de vida del niño son fundamentales en su desarrollo integral. De los 0 a los 6 años el cerebro hace su evolución más radical en un proceso imparable de inserción biológica, social y simbólica en el ambiente que lo cría. Los centros educativos y sus maestras median entre el niño y el mundo. Con ese fin, el cuerpo docente diseña estrategias espacio-temporales, materiales didácticos, situaciones y encuentros que ayudan a los estudiantes a enfrentarse, descubrir, nombrar y transformar el mundo. Las artes juegan un papel básico en este proceso. Por eso la figura de la “atalierista” está presente en todos los jardines infantiles o nidos de Reggio Emilia, es decir, una profesional del arte plástico y visual que trabaja mano a mano con las maestras. La experiencia estética traduce la vivencia sensorial-perceptiva en una comprensión más profunda del yo y del tú.
¿Dónde sucede la experiencia estética? Tanto en los entornos naturales como en los entornos construidos. La propia escuela infantil es un espacio de continuas experiencias para el niño: luz, color, temperaturas, olores, sonidos, etcétera. El tiempo se percibe con los sentidos del cuerpo en un espacio concreto. El cuerpo reacciona con emoción y quiere entender qué sucde, por qué, cómo y, sobre todo, qué sucederá luego en ese espacio. La arquitectura es un artificio creado por la mente para potenciar su propia evolución. Los buenos espacios educativos de la infancia favorecen la experiencia estética que nos construye como comunidad. La mala arquitectura causa lo contrario.
Este libro cuenta la investigación de los profesionales de la educación, el diseño, la biología, etcétera, de Reggio Emilia sobre las virtudes del espacio como tercer maestro. Su “objetivo es proporcionar instrumentos de análisis e indicaciones de uso para la planificación de los interiores / exteriores de nidos y escuelas infantiles” (pág. 5). El libro se divide en tres partes. La primera expone palabras clave para hablar de los espacios educativos. La segunda propone pautas de diseño. La tercera contiene textos que reflexionan sobre la incidencia del ambiente construido en el desarrollo infantil.
Los conceptos clave descritos en la primera parte son: complejidad blanda, relación, ósmosis, polisensorialidad, epigénesis, comunidad, constructividad, narración y normalidad rica. Aunque son términos un poco rebuscados, definen conceptos de sentido común educativo. La complejidad blanda es un espacio relacional y ecosistema diversificado, estimulante y acogedor donde el sujeto está dentro de la colectividad, pero tiene espacios de privacidad. “La identidad de un lugar –como una escuela infantil– debe resultar no de códigos formales sino de la calidad e intensidad de las conexiones y experiencias activadas con otros campos del saber, con estrategias de pensamiento, con otras identidades” (pág. 12). Eso nos conduce al concepto constructividad, “la aventura que caracteriza el proceso de desarrollo cognitivo y cultural. Según la epistemología piagetiana y post-piagetiana, el conocimiento es una construcción permanente que realiza el individuo elaborando y organizando los datos que percibe cuando actúa en y sobre la realidad que lo rodea (...). La percepción, la acción y la reflexión se convierten en estrategias fundamentales para la construcción del saber individual que se estructura y desestructura y consolida gracias al intercambio y la relación con los otros” (pág. 22). Ojo con la famosa sentencia “es el sujeto quien decide, elige si y cuándo aprender” (pág.18) pues suele malinterpretarse como si el niño eligiera su propio aprendizaje. Los familiares y los maestros deciden el escenario educativo de sus pequeños. Unos escenarios son más dirigidos y determinados. Reggio Emilia, como buena propuesta educativa, dirige a los estudiantes hacia la investigación y el descubrimiento del entorno según sus propios intereses.
La segunda parte del libro da pautas para el diseño de espacios educativos que favorezcan el logro de los objetivos pedagógicos. Las pautas señalan: formas relacionales, luz, color, materiales, olores, microclima, sonido. Si el objetivo pedagógico es la construcción del pensamiento en el encuentro con el otro y con el mundo –siempre sensorial– necesitamos formas espaciales que promuevan tal encuentro. Lo vemos en los Nidos o escuelas infantiles originales de Reggio Emilia con aulas compuestas de varios ambientes, lo vemos en sus comedores colocados cerca de la entrada para que sean lugares sociales, lo vemos en los patios interiores que dan claridad y transparencia. La horizontalidad de la composición arquitectónica favorece la conexión de las miradas y los recorridos. La flexibilidad del mobiliario permite que los estudiantes transformen los ambientes. La presencia de las plantas, el agua, las luces y las sombras que nos orientan en el tiempo, son elementos compositivos de la experiencia estética de la arquitectura como tercer maestro. Los autores prestan especial atención a la luz y la analizan según su composición, geometría, color, texturas, sombras, modulación, pautas de diseño, fuentes de origen y como paisaje luminoso. Tal riqueza de análisis es gracias a años de observación multidisciplinar. Maestras, diseñadores y arquitectos se centran en las necesidades de unas personas específicas con necesidades concretas. Tal grado de análisis se repite con el color, los materiales, los olores, el sonido y el microclima.
Entre los artículos contenidos en la tercera parte del libro, ‘El ambiente de la infancia’, de Carla Rinaldi, toca cuerdas esenciales de la educación. “No buscamos espacios ideales sino aquellos que sean capaces de crear su propio cambio porque no existe un espacio ideal, ni una pedagogía ideal, ni un niño o ser humano ideal, sino solamente un niño, un ser humano en relación, con su historia, su tiempo, su cultura que le es propia” (pág. 115). La autora nos da claves para interpretar las enseñanzas de Reggio Emilia: estudia, analiza y haz tuyo lo que observas para luego adaptarlo a las necesidades de tus estudiantes y sus familias. No copies, inventa –tal como hacen los pequeños estudiantes de Reggio Emilia–. Rinaldi añade, “el espacio se puede definir como un lenguaje, que habla sobre la base de precisas concepciones culturales y profundas raíces biológicas” (pág. 115); “como cualquier otro lenguaje es un elemento constitutivo de la formación del pensamiento” (pág. 116). Las maestras de Reggio Emilia saben que el espacio diseñado a conciencia para fines pedagógicos específicos acoge y educa. Es decir, el espacio da forma –construye– al pensamiento. Y, al contrario, el espacio mal diseñado deforma –derrumba– el pensamiento. Todos los textos del libro, tanto de las educadoras, los diseñadores, los psicólogos, etcétera, señalan un camino para satisfacer las necesidades educativas de las niñas y los niños: la investigación multidisciplinar.
Veinticinco años han pasado desde la primera publicación de Niños, espacios, relaciones. Metaproyecto de ambiente para la infancia y sigue vigente para el sector educativo y para el sector arquitectónico. En estos veinticinco años hemos visto nuevos centros educativos –reformas o de nueva planta– en todo el mundo donde se ha prestado mucha atención al diseño de espacios de transición y socialización de los centros educativos: escaleras que son gradas, pasillos como zonas de estudio, espacios polivalentes, cambiar paredes opacas por láminas de cristal transparente, etcétera. Eso está bien porque todos los espacios educan. En cambio, desde la arquitectura se ha reflexionado poco sobre cómo tiene que ser el aula donde los estudiantes pasan gran parte del tiempo escolar –sí se ha reflexionado desde el uso de la nueva tecnología–. Tengamos en cuenta que la mayoría de docentes del mundo centran su quehacer pedagógico en el aula. El siglo XX nos dio buenos ejemplos arquitectónico de aulas de diseño flexible y sofisticado, como las escuelas infantiles originales de Reggio Emilia que nacieron con una idea de aula formada de varios ambientes. Este esquema de aula con ambientes se repite varias veces en el edificio. Luego las aulas se unen entre sí con espacios de transición y socialización de múltiples usos (comedor, corredores, patios interiores, etcétera) en una composición horizontal donde predomina la transparencia y la profundidad de campo visual que juegan con la relación entre los espacios interiores y del interior con el exterior. Estudiemos las enseñanzas de Reggio Emilia e inspirémonos en su diálogo multidisciplinar constante que busca soluciones específicas a problemas locales reales.
Niños, espacios, relaciones. Metaproyecto de ambiente para la infancia, Giulio Ceppi y Michele Zini (eds.)
Dearq, premio a la mejor revista en la Bienal Arquitectura de Quito 2024.
Dearq nº35 "Arquitectura con niños" entre los ganadores a la mejor revista en la Bienal Arquitectura de Quito de 2024. Co-editores invitados del Dearq nº 35: Tatiana Urrea y Jorge Raedó. Editores de Dearq: Camilo Salazar, Lucas Ariza Parrado, Manuela Tafur. Universidad de los Andes. Ganadores: https://lnkd.in/eB_YRmgP
Dearq nº 35 "Arquitectura con Niños" visibiliza investigaciones y proyectos que aúnan a la infancia, la arquitectura y la educación desde diversos enfoques y contextos.
Artículo resumen del nº 35: https://www.fronterad.com/dearq-35-arquitectura-con-ninos/
Exploradores de la arquitectura. Topito, Euclides y la Osa Proyectiva
La Bienal Internacional de las Artes para la Infancia, organizada por Idartes -dirigido por María Claudia Parias- de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes -dirigida por Santiago Trujillo- de la Alcaldía Mayor de Bogotá (Colombia), me invitó a dar una conferencia y a diseñar -junto a la arquitecta Fabiola Uribe de Lunárquicos- parte de la instalación para infancia sita en el Fondo de Cultura Económica - Centro Cultural García Márquez de Bogotá del 15 al 25 de octubre de 2024.
El lema de esta segunda bienal era “ecos espaciales de las infancias”. Mi conferencia versó sobre la investigación doctoral que curso con la Universitat de Girona en España y con la Universidad Nacional de Colombia para introducir la educación de arquitectura en Primaria de Bogotá. El conversatorio online en la Universidad Pegagógica Nacional de Colombia el 24 de septiembre resume la investigación. La conferencia en la bienal está en las redes sociales (desde el minuto 50 -sin sonido hasta la 1h:03min-). La instalación contó con cuatro autores: los programas Nidos y Crea de Idartes, Sara San Gregorio de España y nosotros desde Bogotá. Nuestra aportación se inspiró en la investigación doctoral y se tituló "Exploradores de la arquitectura. Topito, Euclides y la Osa Proyectiva".
Entrevista con Jorge Raedó desde el minuto 6. La bienal constó de conferencias, conversatorios, talleres y la instalación para la infancia.
1. Pinceladas sobre la investigación que da pie a la instalación.
Educación de arquitectura en Primaria de Bogotá.
En una situación ideal, la educación de la arquitectura en la infancia se daría en tres afluentes: como arte, como ambiente y como patrimonio (Calbó et al. 2011). Nuestra investigación se encauza en la educación de arquitectura como lenguaje del arte. El espacio es la materia que distingue a la arquitectura de otras artes. Introducimos la educación de arquitectura como nexo de contenidos -no como asignatura- en Primaria para fortalecer la conciencia del espacio. Queremos que los estudiantes sean conscientes del ambiente físico y simbólico que comparten con otros seres y que transformarán para el bien común si conocen algunas de las herramientas de la percepción, la expresión y la comprensión crítica (Eisner, 2021) de la arquitectura. Las niñas y los niños que no conozcan estas herramientas serán mudos en sus espacios. Otras personas que sí conozcan las herramientas decidirán cómo será el entorno habitado por todos.
Tres incompetencias básicas para la educación del arte.
Las incompetencias básicas -o principios- para la educación del arte son la naturaleza, la utopía y la poesía. (Raedó, 2024). La naturaleza de los humanos es el lenguaje. Entendemos todo, incluso la naturaleza biológica, según el lenguaje cultural que nos haya formado. Nuestra conciencia sólo es posible dentro del lenguaje, por ejemplo, en los lenguajes del arte. El lenguaje de la arquitectura amplía nuestra conciencia del espacio. La utopía es la capacidad de imaginar algo que no existe bueno para todos y llevarlo a cabo. Es lo que hacen los artistas gracias al dominio de la imaginación mediante la técnica. La poesía es una actitud de búsqueda constante -el "ímpetu de juego" de Schiller (2018)- para entender el laberinto que habitamos y del que no podemos salir en vida. Los arquitectos “salen” del laberinto para observarlo desde fuera, representarlo y modificarlo gracias al dominio de la disciplina espacial (Tschumi,1994).
Tres concepciones del espacio.
"La representación del espacio en la infancia" de Piaget e Inhelder (1967) es un estudio del desarrollo cognitivo del espacio en la infancia publicado en 1948. Tras estudiar a niños europeos, los autores determinaron las edades de desarrollo de las tres concepciones del espacio que son el topológico, el proyectivo y el euclidiano. El niño de la Primera Infancia siente su cuerpo unido al espacio que lo envuelve y diferencia poco a poco su yo del ambiente exterior. Los autores llaman a esta fase espacio topológico. Desde los seis años el niño desarrolla el espacio proyectivo. Él se hace consciente de que tiene un punto de vista propio que se mueve y se separa del espacio que lo rodea. Entiende que sus compañeros tienen su propio punto de vista, que el yo se puede poner en el lugar del tú para comprender el espacio desde otro punto de vista. A partir de los nueve y diez años el niño desarrolla el espacio euclidiano, un sistema de referencia mensurable que acoge dentro de sí todas las perspectivas posibles -es sería, por ejemplo, un Estado de derecho-. Nuestra investigación se centra en el desarrollo del espacio proyectivo a través de la perspectiva para despertar la percepción consciente del espacio en los estudiantes de seis a nueve años.
La concepción del espacio en tres categorías según Piaget e Inhelder.
2. Talleres en dos colegios de Bogotá.
Para introducir la educación de arquitectura en Primaria de Bogotá es imprescindible colaborar con sus maestras. Desde agosto hasta diciembre de 2023 me reuní diez veces con maestras del Colegio Técnico Menorah y con maestras del Colegio San Bartolomé La Merced. Yo les expliqué los avances de la investigación y ellas me dieron sus impresiones. Así diseñamos los talleres sobre el espacio proyectivo para estudiantes de seis a nueve años. Los talleres exploran el espacio del propio colegio, institución que actúa como lugar de socialización y puerta de entrada en la sociedad. Los talleres de 2024 fueron de veinte horas en cada colegio en codocencia con las maestras. En el Menorah participó la maestra Martha Guerrero del grupo 101 con treinta niñas de seis o siete años. En el San Bartolomé La Merced participó la maestra Giovanna Suárez y su grupo de veinticinco niños y niñas de seis a nueve años juntos. Fabiola Uribe nos acompañó en los talleres con el Colegio Técnico Menorah.
Las "Eles", actividad inventada para los talleres, fue ideada para ejercitar la concepción proyectiva mediante la expresión espacial. La niña mueve elementos sencillos e iguales -las eles- en una sintaxis espacial que compone arquitecturas diferentes. Con una hoja tamaño carta (casi A4) la niña crea un tablero cuadrado de dieciséis cuadrados. Con otra hoja carta hace el mismo tablero y lo corta en ocho pedazos que son las ocho eles. Empieza el juego de las eles sobre el tablero: primero pone una ele, luego otra, luego otra, etc. Pequeñas variaciones de la eles generan espacios de distinto carácter. Cuando las niñas han entendido esto, inventan espacios de un nuevo colegio: espacios para aprender teatro, biología, cocina, etc. Finalmente, ellas unen todas las maquetas y crean el nuevo colegio. Durante el juego con las eles, las niñas también aprenden el concepto de la representación en planta de la maqueta.
Las “eles” en el Colegio Técnico Menorah con niñas de 6 y 7 años.
Las “eles” en el Colegio San Bartolomé La Merced con niñas y niños de 6 a 9 años.
3. “Exploradores de la arquitectura. Topito, Euclides y la Osa Proyectiva”.
Nuestra instalación en la bienal tiene tres partes que corresponden a las tres concepciones del espacio: “Cajas” -topológica-, “Eles” -proyectiva-, “Abierto y cerrado” -euclidiana-. El título evoca las tres concepciones: Topito como animal que percibe el espacio con su cuerpo en túneles que hace él mismo, la Osa Proyectiva como animal que percibe el espacio al ras de suelo mientras se mueve -como el oso de anteojos-, Euclides como un búho que observa y escucha el mundo desde arriba y luego construye un plano en su cabeza para orientarse en el espacio.
Instalación “Exploradores de la arquitectura” en el Fondo de Cultura Económica – Centro Cultural García Márquez.
“Cajas”, ideada por Fabiola Uribe, promueve la experiencia topológica del espacio en niñas y niños de dos a cinco años que exploran con su cuerpo el entorno a través de túneles que ellos mismos crean al juntar a su gusto las siete cajas de cartón. Cada caja tiene una forma distinta y las entradas de luz crean atmósferas dramáticas. Después de jugar un buen rato con las cajas, los “topitos” salen de ellas y las dibujan desde fuera. El dibujo actúa como una reflexión sobre lo experimentado.
“Cajas” para la concepción del espacio topológico.
“Eles” traslada la actividad hecha en los dos colegios con el papel tamaño carta a unas eles de 1 metro en cada lado de sus cuadrados. Los pasos de la actividad son: 1/ los niños juegan con la maqueta que reproduce el tapete de los dieciséis cuadrados y las ocho eles blancas. Observan que poner una ele aquí o allá modifica el espacio que obtenemos. Diseñan una arquitectura específica en la maqueta. 2/ Entre todos construyen con las eles blancas grandes lo que han hecho con las eles pequeñas de la maqueta. Acabada la construcción, si quieren mueven las eles y cambian la composición del espacio. 3/ Una vez construida la arquitectura en blanco que más les gusta, ponen plásticos de colores sobre las eles. Asocian los colores a las emociones que quieren transmitir. 4/ La experiencia finalizaría con el dibujo de lo construido desde varios puntos de vista fuera del tapete.
“Eles” para la concepción del espacio proyectivo.
“Abierto y cerrado” es un juego de construcción diseñado por Fabiola Uribe a partir de la arquitectura de Rogelio Salmona. Sus edificios invitan al movimiento, a circular de abajo a arriba, a situarse en umbrales entre el interior y exterior. El taller inicia con la percepción de la arquitectura de Salmona. Luego cada niño solo o por parejas construye con las piezas de madera los espacios que imagina donde predomina la ambigüedad entre lo abierto y lo cerrado, el adentro y el afuera, lo público y lo privado. Colgamos fotos de edificios de Salmona al lado de las piezas para inspirarles. El juego incita la proyección de ambientes en un marco definido que incluye múltiples puntos de vista.
“Abierto y cerrado” para la concepción del espacio euclidiano.
Nota: todas las imágenes del artículo son de Jorge Raedó.
Referencias bibliográficas
Calbó, M., Juanola, R., Vallès, J (2011) Visiones interdisciplinarias en educación del patrimonio: Artes, culturas,ambiente. Documenta Universitaria.
Eisner, E. (2021) Educar la visión artística. Paidós.
Piaget, J., Inhelder, B. (1967) Child's Conception of Space. W.W. Norton & Company.
Raedó, J. (2024) Utopía, Poesía, Naturaleza: educación de arquitectura para la infancia. En Beltramini G., Zardini, M. (Eds.) The Future of architecture museums (pp. 87-94). Palladio Museum.
Schiller, F. (2018) Cartas sobre la educación estética de la Humanidad. Acantilado.
Tschumi, B. (1994) “The architectural paradox”. En Tschumi, B. Architecture and Disjuction. MIT Press.